14.7.07

Estudio Nacional de Opinión Pública Nº 55


Así se denomina la última encuesta de opinión del CEP, que no ha traído buenas noticias para la Presidenta Michelle Bachelet, su gobierno y los partidos políticos oficialistas y de oposición.

La ciudadanía nuevamente le vuelve las espaldas a la “clase política” que parece no encontrar el rumbo para encantar a los electores que, el próximo año, retornan a las urnas para elegir Alcaldes y Concejales y, posteriormente, renovar parcialmente el senado y completamente la Cámara de Diputado, además, elegir Presidente o Presidenta de la República.

Menudo desafío remontar cifras que resultan tan adversas para quienes nos gobiernan como para aquellos que pretenden la alternancia en el poder.

Y reflexionemos sobre las cifras.

Primero, la encuesta se desarrolla entre el 9 y el 27 de Junio, en medio de algunos hechos relevantes, Trivelli anuncia su auto pre candidatura presidencial. Paro de choferes de Subus en Santiago. Cámara de Diputados aprueba el financiamiento del Transantiago. Adolfo Zaldívar pide la renuncia de Velasco (Hacienda) y Bitrán (OO.PP.). Zakarach es capturado en Brasil. Congreso aprueba salario mínimo de $144.000. Violencia y destrozos en paro en Codelco.

Los encuestados le dicen al gobierno que los tres problemas, que más les preocupan, son delincuencia, asaltos y robos. (50%), Salud (37%) y pobreza (36%). En los dos primeros Ítems, los porcentajes son similares a Dic. 2006, en el caso de la pobreza pese a que el gobierno declara grandes avances en esa área, la opinión pública difiere de esa apreciación y sube de 31% el 2006 a 37% en Junio 2007.

Lo que menos le preocupa, curiosamente es la reforma al sistema binominal, la clase política se debate en discusiones en una tema que solo preocupa, tanto el 2006 como el 2007 a un 2%, ocupando el último lugar. En derechos humanos, imagino que por una percepción que es un problema controlado y garantizado, solo 3% manifiesta preocupación, bajando a esa cifra desde un 4 % el 2006.

La falta de sintonía de la clase política con la mayoría de la sociedad chilena, puede pasar por estas cifras a las cuales, no siempre, prestamos suficiente atención.

La Presidenta Michelle Bachelet sufre una brusca caída, no solo en su gestión de gobierno, además, en algunos atributos personales que eran su capital político más importante, ¿mala asesoría?, como ocurrió con el “Transantiago”. El 41 % aprueba su conducción y el 41 % lo desaprueba. Los hombres solo la aprueban en un 37 %, antes lo hacían en un 49 %. Las mujeres lo hacen en un 43 %, antes en un 51 %..

El nivel de confianza de Bachelet baja en Diciembre del 2006 de un 62 % a un 49%. Y que no da confianza, sube de un 37% a un 47 %.

Finalmente sobre el 50 % de los chilenos se declara absolutamente independiente, no simpatizante ni del oficialismo ni de la oposición.

Las cifras de la encuesta, están diciendo que existe un divorcio absoluto entre la clase política, sus prioridades y percepciones, con una ciudadanía que pierde la fe en sus representantes.

No estoy de acuerdo con aquellos políticos de oposición cuando dicen que si la elección fuera hoy, la Alianza ganaría, tampoco la Concertación puede asegurar lo mismo.

Se pierde la confianza, en ambos conglomerados, al ver el acerado filo de los puñales de la traición y la deslealtad que surge, cada vez con más fuerza, en ambos bandos.

En la lucha por el poder la opinión ciudadana parece estar demás, ya que la sartén, en este remedo de democracia representativa, la tienen las directivas políticas, donde cada cual quiere hacerse de los cargos para “designar” a gusto a los candidatos por los cuales debemos votar.

No hay alternativa, es el único menú que tenemos para elegir, el que nos pongan en la cámara secreta. Entretanto las encuestas solo sirven para que entendamos porque la política está tan desprestigiada.