3.2.07

¿La democracia que queremos?


Siempre la clase política nos habla de “ la democracia que queremos”, pero los chilenos tenemos derecho a preguntarnos ¿cuál es la democracia que queremos?, y para ello encontraríamos miles de interpretaciones. Se nos habla y predica de la democracia como si todos tenemos una similar descripción de cómo debe ser.

Para muchos, la democracia es el Gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo, como la definiera Abraham Lincoln, en su famoso discurso de consagración como cementerio de guerra, del campo donde se desarrolló la batalla de Gettysburg.

Es acaso la democracia que queremos, la que aplaude el senador Alejandro Navarro (PS), donde el inefable y nunca bien ponderado Hugo Chávez adquiere poderes totales, para gobernar. Para muchos de nosotros eso es dictadura, simple y llanamente. Una dictadura disfrazada de democracia, a mano alzada en una calle, donde solo participan los chavistas.

Para el senador Navarro pareciera ser esa “la democracia que queremos”.

Para otros la democracia es la de partido único con un gobernante que asumió, con las armas en la mano, en 1959, para derrotar a otra dictadura, la de Batista, gobernando ahora sin prensa libre y con un parlamento, similar al venezolano, en que solo participan los que están de acuerdo con el régimen. Esa democracia a la cubana también parece tener admiradores entre algunos políticos chilenos, que no son tan ligeros para condenar por los periodistas detenidos, disidentes que purgan cárcel por pensar distinto al compañero Fidel, de cuya salud están más que pendientes.

Es difícil encontrar una descripción, adecuada y ciudadana para esta tan, demagógicamente, llamada democracia. La nuestra desde luego no obedece a la definición de Lincoln, el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo. La nuestra es representativa, y bastante mal representada, en tanto siga existiendo un sistema electoral binominal como el que tenemos.

Pero “la democracia que queremos”, probablemente, nunca la vamos a tener porqué en definitiva solo vivimos de una aproximación a ella.

Si se cree que votar en las variadas elecciones que muestra el cronograma electoral del país, es democracia, podemos afirmar, a nuestro juicio, que es solo una ilusión. Como dicen los lolos, cuando votamos, “es lo que hay”. Es un menú en cédula única donde figuran los candidatos que cada maître de un partido político a guisado para el banquete electoral.

Pomposamente le llaman “fiesta de la democracia”, pero estamos obligados a votar y, en el mejor de los casos a obtenernos o anular nuestro voto, por personajes que ya están designados.

Con “la democracia que queremos” son elegidos buenos y malos. Representantes que hemos llevado al congreso nacional porque “es lo que hay”, y algunos de los cuales matan el tiempo mirando niñas curvilíneas en Internet. Otros pisan los tribunales por usar el dinero destinado a los PGE, o por recibir recursos de programas orientados al deporte, rendir facturas falsas para completar sus gastos electorales que financia el estado etc.

Lo más aproximado a la democracia que queremos han sido las primarias, que se debe reconocer fue idea y tarea de los partidos que integran la concertación. En la última contienda electoral presidencial la segunda vuelta, también un perfeccionamiento de las normas democráticas, permitió dirimir el candidato de la alianza.

En muchos partidos políticos, las minorías quieren gobernar a la par con las mayorías y surgen toda suerte de amenazas a las directivas legítimamente constituidas. Mala señal para el electorado.

Los propios parlamentarios se desilusionan de esta democracia.

“..pasar de ser un ciudadano común y corriente a ser lo peor de lo peor, cuesta aceptarlo…si me piden una respuesta hoy, diría que por ningún motivo iría a la reelección..” Diputado Tucapel Jiménez. (Independiente pro PPD.)

“Es desestabilizador el hecho de que no se juzgue el trabajo como yo estaba acostumbrado, sino más bien en función de la amenaza que puedes constituir para otros”. Diputado Álvaro Escobar (ex. PPD.)

“…el ambiente que se ha vivido y que creo lamentablemente se va a seguir viviendo aquí es apestoso, se ha incurrido en una escalada de vulgaridades, un fuego cruzado que no se va a detener.” Diputado Eduardo Saffirio (DC)

“..uno tendría que pensar muy bien el sentido de estar acá, porque da un poquito de vergüenza todo lo que se habla…espero que se eleve la discusión y seamos mucho más responsables..” Diputado Patricio Vallespin (DC)
Fuente diario La Segunda. Viernes 2 de Febrero.

¿Cuál es entonces la democracia que queremos? Es un dilema que hay que resolver, porque las dictaduras también se llaman o se llamaron democracias.