6.12.08

Que llegue luego la próxima semana

Muchos políticos quieren que llegue luego la próxima semana. Antes de pascua el oficialismo espera tener resuelto aquello de “no son todos los que están, no están todos los que son”. Se vive este fin de semana largo el duelo de perder a su mejor carta presidencial y la luz del sol se ha escondido, para algunos pesimistas, para siempre.
Tremendo dilema el que se abrió en la Concertación con la bajada del ex presidente Lagos. El Arco Iris, triunfante por 20 años, inicia una mutación de colores y mezclas que no eran propios, impensables, cuando la coalición dio forma.
Su principal líder natural pidió algo tan elemental como es el orden, un actuar consecuente con los principios que inspiraron a la Concertación en sus primeros tiempos, ideas nuevas, programas concretos y una lista parlamentaria única que garantizara gobernabilidad (declaraciones de octubre y noviembre). Tales propuestas no encontraron eco en un conglomerado donde el poder les ha acostumbrado a la vida política fácil, a los buenos puestos siguiendo un cuoteo, eso sí muy ordenado, donde los rostros han envejecido, solo cambiando, de tanto en tanto, de oficinas, escritorios y sillones, pero casi siempre los mismos.
Ya no se piensa en el país con la mística, innovación y espíritu de sacrificio del pasado. Se sigue practicando el mismo discurso sobre la dictadura y añorando a Pinochet. El peor negocio fue que se muriera.
Ahora aparecen algunos desaparecidos y exonerados que nunca fueron, amén de figuras en el ámbito político público que siendo parlamentarios o teniendo altos cargos, en la derecha y en la izquierda, cobran pensiones por esa razón, exonerados, me imagino de por vida.
Lagos se baja de una candidatura pese a todas las rogativas, cartas, llamados telefónicos. Los promeseros peregrinaron a París, lo llamaron a Washington, se reunieron con el futuro candidato en Santiago, pero el hombre declinó y con razón.
Qué orden puede haber, hoy se negocian los cargos públicos siendo muchos, senadores y diputados, agentes de enganche de aquellos más afines, sus operadores, que permiten las reelecciones sucesivas y los ascensos de la cámara al senado, asunto no menor ante elecciones presidenciales y parlamentarias.
Cada cual tiene una agenda propia, se perdió el espíritu de equipo y los objetivos generales que permitieron a la Concertación tener una clara mayoría que hoy, no se puede desconocer, llevaron adelante avances y transformaciones.
Sin embargo, el Transantiago, el tren al sur, los puentes que se caen, las coimas, el desfile de altos cargos en los tribunales de justicia acusados de fraude al Fisco, malversación de recursos fiscales, Chiledeportes, el pago de altas multas por parte del estado a las concesionarias, robo hasta de bencina, sobresueldos en efectivo que fueron liberados por decreto de pago de impuestos, privilegios que la señora Juanita no tiene, demuestran el rapiñaje, las pequeñas raterías de algunos personajes cuyo único mérito fue exhibir un carné de militancia política. Ante esas situaciones, se escuchan pocas frases de condena del mismo oficialismo. La costumbre de mirar la militancia antes que la capacidad, se mantiene como en sus mejores tiempos. Incluso adherentes de la Concertación, gente de gran capacidad, ha quedado al margen. Todo ello hace que alguien como el ex Presidente Lagos no quiera ser parte de la competencia presidencial.
Antes de Pascua la Udi debería decidir qué camino toma, levanta candidatura propia y compite con su aliado R.N., sino, a regañadientes, se suma a la campaña de Piñera. Si la Concertación tiene problemas la Alianza no lo hace mejor. Si la Concertación aún ve fantasmas pinochetistas en cada rincón, la UDI y R.N. siguen con una democracia protegida, manteniendo a ultranza el sistema binominal y sin lograr acuerdo en inscripción electoral automática y voto voluntario.
Maduremos. El electorado chileno se merece algo de respeto. En cada encuesta la clase política se deteriora más en su imagen frente a la ciudadanía. En la última, dada a conocer el viernes, la consultora Imaginación, de propiedad del ex ministro Enrique Correa, la Alianza supera a la Concertación en intención de voto con un 39,1%, contra 31,2. Pero hay un tercio de los electores que no encuentran en los partidos respuesta a sus inquietudes.
Surge como una estrella fugaz la candidatura Farkas, hoy también de baja voluntaria. En la misma encuesta que mencionamos obtiene un 5,3 % y Eduardo Frei un 6.7. Nadie parece darse cuenta, en una borrachera de arrogancia, que la ciudadanía está enviando un mensaje. Se buscan rostros nuevos, discursos diferentes, actitudes distintas. Pero ahí están los de siempre prometiéndonos un futuro mejor mientras que la señora Juanita, que se está poniendo viejita, pregunta ¿y cuándo tendremos presente?