10.3.06

Una etapa diferente

Una etapa diferente
Alejandro Pino Uribe. Periodista / Analista político
http://alejandropinouribe.blogspot.com

Tenemos Presidenta de la república y se inaugura un nuevo estilo de hacer y ver las cosas. La mano femenina relacionada siempre con la delicadeza y las tareas o “labores del sexo”, como se les llamaba antiguamente, cambian completamente en los usos y costumbres varoniles al momento de ejercer el poder.

Desde el momento de su elección todo ha sido novedoso. Los partidos políticos de la concertación, en un inicio quedaron desconcertados, atónitos y patidifusos, (que se queda parado de asombro – Diccionario de la RAE). Las nominaciones en los cargos de confianza fueron la primera señal que se venía un cambio en la política chilena, y vendrán más, no tengan la menor duda.

La mujer, a las cuales las leyes del pasado sujetaban al marido, y a sus decisiones, aparece ahora, con una dinámica diferente donde pueden demostrar capacidades que antes les fueron negadas y no se les permitió probar.

Basta solo recordar que a Eloísa Díaz Insunza, primera mujer chilena en graduarse de médico en 1887, en toda América del Sur, lo mismo que a Ernestina Pérez, graduada unos meses después, les prohibían ver los cuerpos desnudos de los pacientes y debían seguir las clases ocultas por un biombo.

Ahora las cosas han cambiado, y me atrevo a pensar que la forma de hacer política y de gobernar. De hecho somos el primer país, creo, en el mundo, donde existirá paridad de genero en los más altos cargos de la nación.

Para los que por muchos años nos hemos dedicado al análisis político, se avecina una época interesante. Intriga ver el comportamiento latino, frente a la mujer que gobierna. Inédito desde el punto de vista que se trata de una elección democrática, por un período presidencial definido.

En América hemos tenido mujeres presidentas, pero su generación ha sido diferente.

Isabel Perón en Argentina que hereda el gobierno a la muerte de su esposo y que no termina su mandato derrocada por un golpe militar. Lidia Gueiler Tejada, elegida en 1979 por el congreso de Bolivia, depuesta en 1980 por un golpe militar. Rosalía Arteaga Serrano, se autoproclamó presidenta de Ecuador, a la caída de Abdalá Bucaran, duró sólo una semana en el cargo. Ertha Pascal Trouillot, presidenta provisional de Haití, en 1990 durante seis meses.

Luego vienen las mujeres elegidas democráticamente, como Violeta Chamorro en Nicaragua, 1990, viuda del periodista Joaquín Chamorro, asesinado en la era de “Tacho” Somoza. Sila María Calderón Gobernadora de Puerto Rico, por un período de cuatro años, en el 2001. Mireya Mocoso, viuda del ex Presidente Arnulfo Arias, en Panamá, 1999.
En América Latina Michelle Bachelet es la primera mujer elegida Presidenta democráticamente.

Probablemente con su gobierno se produzca un cambio en la mentalidad de aquellos que aún discriminan a la mujer, en el trabajo, en las universidades, y en otras actividades y comencemos a reconocer las habilidades propias de su genero.

El mundo político se ha construido al estilo del hombre, a su imagen y semejanza. Veremos cuantos cambios se pueden introducir, para que gobiernen las mujeres en áreas en que antes nunca había incursionado, donde sus visiones y propuestas pueden darle a la política un aire fresco, una brisa de sutil cambio que permita a nuestro país entenderse, entre los ciudadanos, de una manera diferente.

Un mensaje que ya muestra una política diferente se aprecia cuando dice la presidenta, a su recién nominado equipo, “escuchen a la gente”. Una frase que se acerca mucho a la administración moderna basada en la gestión de calidad, “escuchen al cliente y no hagan lo que ustedes creen que el cliente quiere”.


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