25.6.10

La política en llamas

Ni el mundial de futbol y los merecidos triunfos de “la roja de todos”, clasificación a segunda ronda incluida, ha permitido a los chilenos reencontrarse.
A lo mejor, la mayoría nos sentimos parte de un mismo país, pero la clase política, ligada a otro planeta y nación, no se entera y parece estar, permanentemente, en llamas.

No ha sido grata la semana que finaliza. Frente a las alegrías que nos entrega el deporte, por ejemplo, la política nos desilusiona y, además, trata de mantenernos en bandos separados irreconciliables.
Tenemos un gobierno que aún no logra tener una sola voz. Aparecen en la Udi los primeros “díscolos”. En lo que concierne a los nombramientos de algunas autoridades se siguen sucediendo renuncias y malos entendidos que en nada contribuyen a mejorar el ambiente. ¿Exceso de técnicos y diplomados de toda naturaleza y poca habilidad política y comunicativa? Habrá que esperar el rodaje necesario, aunque más de cien días parecen suficientes.
La oposición, por su parte, ha renunciado definitivamente a enfrentar su pasado y, con el, las razones de la derrota de enero. Atrincherados en el senado han levantado una fortaleza de oposiciones a todo proyecto que el gobierno quiera conseguir.
Las elecciones partidarias internas, R.N. ya despachó la suya, no ayudan a generar un clima de mutua confianza ya que, cada cual, los candidatos a las directivas de la Udi, PPD, PS y DC procuran mostrarse muy duros frente al oficialismo, con miras de reencantar a la militancia partidaria.
Si agregamos a lo señalado, el reciente acuerdo de la I.S. (Internacional Socialista), reunida en Naciones Unidas, condenando las prácticas del gobierno de Hugo Chávez en materia de derechos humanos y en libertad de expresión, entre otros cargos, con el voto favorable del P.S. y el PPD, la tranquilidad de dirigentes y honorables se ve profundamente alterada.
A lo ya señalado se debe sumar la intervención, en política internacional de nuestro país, de dos ex presidentes, Frei y Lagos, en materias que por tradición y buenas costumbres, no se fusionaban con la política interna y sus desafíos.
Las cosas no se están dando. La política de los acuerdos no existe. El interés de dialogar se ha perdido. Peor, el oficialismo acusa a la oposición de no querer hacerlo y viceversa, con los cual los ciudadanos comunes y corrientes ven, con preocupación, como las discusiones van y vienen sin que se encaminen por un ambiente más positivo. Pelear sobre un tema internacional, públicamente, solo nos torna más débiles frente a los países con los cuales compartimos límites.
No hay que ser un gurú de la política para asegurar que saldrán muchos trapitos al sol, como los que tienen que ver con la compra de terrenos con un sobreprecio de 66 veces su valor real en la comuna del Quisco, compra del Serviu, en el gobierno pasado, para viviendas sociales. No es nuevo si recordamos los escándalos de Conadi que también hacía lo mismo cancelando terrenos a mayor valor sin conocerse razones, o lo que pasaba con el beneficio del pago abultado.
Ahora se cuestionan los fondos, alzados en cientos de millones de pesos, algunos hasta dos días antes de entregar el gobierno para una serie de ONG, varias de claro contenido político. Al leer la lista y los montos de las instituciones beneficiadas uno no puede dejar de pensar en los pequeños clubes deportivos que no tienen dinero para una pelota o un juego de camisetas, o en el déficit endémico de los municipios chilenos.
La política, lamentablemente está en llamas. Las descalificaciones van de lado en lado. Entretanto los chilenos que nos alegramos con tan poco, un gol, en alguna ciudad de Sud África, de nuestra selección, el sueño de la clasificación y algo más; que encendemos la parrilla para celebrar a los que queremos, o sencillamente para disfrutar de la amistad, vemos a nuestro país lleno de polémicas y discusiones.
La mayoría de los chilenos, que no tienen nada más que su trabajo, especialmente los que no están ni muy arriba ni muy debajo de la escala social, siguen esperando que los honorables asienten sus cabezas y más que pensar, oficialistas y opositores, en sus personales diferencias consideren, por un momento, que a los Chilenos queremos más, un escudo nacional con todos sus adornos y colores además de una bandera que flamee orgullosa al viento de la patria.

19.6.10

“Porque no se humilla quien ruega en nombre de la patria”.

La frase “Porque no se humilla quien ruega en nombre de la patria”, fue casi un pedido de angustia del Presidente Eduardo Frei Montalva, cuyo gobierno unipartidista, era asediado implacablemente por los partidos socialista, comunista, radical, liberal y conservador.
Le fue difícil gobernar e introducir algunas reformas, las más importantes, la “chilenización del cobre” “La promoción popular” y una primera “reforma agraria”.
Hoy, Piñera y Lagos, acomodándola la repiten con algunas variaciones.

Al escuchar al Presidente Sebastián Piñera mencionar, con algunas variantes, y al ex Presidente Lagos, con la misma cuerda, el tema de los damnificados y al royalty minero, me ha sido imposible recordar un capítulo de la historia política que hoy, parece repetirse con una diferencia, casi, de 45 años.
En 1965, 7 de marzo, se llamó a las urnas a los electores para renovar la cámara de diputados y la mitad del senado. La D.C. luego del apabullante triunfo de 1964 del Presidente Eduardo Frei Montalva, recogía una votación histórica, 42% de los votos, logrando la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados pero no así del Senado de la República.
Vendría la oposición más dura con una alianza, contra natura, entre la izquierda y la derecha para torpedear las principales iniciativas del gobierno de Eduardo Frei Montalva.
El senado rechazó, en su momento, entre otras escaramuzas políticas, el permiso constitucional para que el Presidente viajara, en una visita de estado a los Estados Unidos.
En ese difícil contexto político, donde Frei encontró resistencia para algunos de sus proyectos en su propio partido, (memorias de Otto Boyle cap. IV), y donde falló en su empeño por gobernar como aliado con el partido radical y la democracia cristiana, hoy vivimos circunstancias parecidas. Piñera, dicen que dijo, “un presidente no se humilla cuando pide por los damnificados”. Ricardo Lagos, el viernes, le responde: “quien pide en el nombre de Chile no se humilla, por lo tanto, acepte, Presidente, con humildad que hay algunas ideas, buenas ideas, que también vienen de la oposición. Y les puedo decir que aquí, por 700 millones, garantizar invariabilidad tributaria -que no se tocan los tributos por un período de ocho años más- es un largo período de tiempo. Estamos hablando de empresas que este año van a tener 14 mil millones de utilidades. ¿Y cuánto es el royalty que se le va a aplicar? Trescientos millones con el proyecto del Presidente Piñera”.
Así entre rogativas y afirmaciones se repite la historia. El oficialismo tiene mayoría, más o menos, ya que tiene también sus diputados díscolos, en la Cámara, pero socialistas, PPD, comunistas y D.C. controlan el senado.
La pregunta es: ¿qué opina la ciudadanía en estos temas? Obviamente el royalty no es un asunto menor. Es un impuesto sobre bienes que posee el país que no son renovables. Es justo preguntarse, cuando el precio de los metales ha llegado a niveles históricos si no debemos recaudar lo justo para impulsar el desarrollo definitivo de la nación.
Hay a la vista un punto, del cual resulta muy difícil pronunciarse, más cuando quienes, constitucionalmente, son nuestros representantes y actúan por sus personales convicciones políticas y no sopesando el interés nacional.
El royalty es un tema muy serio. Claro; hay que reconocer que la Concertación quiere sacar las castañas del fuego con la mano del gato. Le pide al gobierno del Presidente Piñera que haga algo que no se atrevieron a llevar a cabo cuando fueron gobierno, último período presidencial, pero es tema que se debe estudiar con mayor detención que la simple urgencia de recursos, para salvar las necesidades originadas por el terremoto.
¿Qué pensamos los chilenos frente al impuesto al royalty? Como quienes nos representan lo hacen cuando nos piden el voto, bueno sería hacer algunas encuestas, la forma más tradicional de tener el derecho a voz que la democracia representativa no nos entrega.
Pero hay una lección que sacar, aunque creemos que ya hemos vivido muchas experiencias en política, la historia, inexorablemente se repite.
Las frases de otros destacados Presidentes se remozan, pero el contenido es el mismo. Lo diga Eduardo Frei Montalva desde el pasado, y las reediten el Presidente Piñera y el Presidente Lagos.
¿Y lo chilenos qué decimos?...

12.6.10

El espíritu del mundial

A todos nos llama la atención, pese a que es un fenómeno que ocurre a escala planetaria, como el torneo mundial de futbol une a los países.
Una brisa de viento fresco recorre la tierra cuando quienes asisten a la justa, visten una misma camiseta, entonan con fuerza su himno nacional y se abrazan, gritan y sufren, como auténticos hermanos. Cuánto quisiéramos que en Política ocurriera lo mismo.


Nada más lejano al espíritu del mundial que el calamitoso estado de relaciones en la política nacional. Parece que aquellos que durante 20 años gobernaron este país, siempre muy compuestos, salvo cuando algunos metieron la mano al bolsillo del fisco, o abusaron en beneficio propio de sus cargos, los menos, ahora, que están en el bando opositor, actúan de manera distinta.
Cada acto del gobierno, cada idea novedosa se critica con los argumentos más extraños.
En el afán de prolongar la explicación de su propia derrota, recurren a infantiles argumentos para atacar, implacablemente, a quienes hoy son los gobernantes. Algunos errores del gobierno, ninguno está exento de cometerlos, no han ayudado a construir una mejor relación. Queda, sin embargo, la sensación que se está construyendo, inconscientemente, una atmósfera política parecida a la década del 70.
No es bueno para Chile experimentar la beligerancia, el clima de descalificaciones y la evidente mala intención de algunos dirigentes y parlamentarios opositores.
El Presidente, Sebastián Piñera, invitó el viernes a almorzar en la Moneda a los Ex Presidentes Aylwin y Lagos, según declaró quería conversar sobre la reconstrucción y recibir consejos de su experiencia como Jefes de Estado. No invitó al senador Frei ya que sus intenciones es que al regreso al país, de la ex mandataria Michelle Bachelet, también pueda participar el Ex Presidente Frei.
Sin embargo el primero en reaccionar fue el diputado D.C. Pablo Lorenzini quien dijo a la Prensa “esta no es la manera de gobernar un país (...) hay aspectos básicos en democracia. Esto es un acto de dictadura y me resisto a creerlo”.
¿Qué tiene que ver una invitación a almorzar a dos Ex Presidentes, los dos restantes lo serán en otra fecha, con la dictadura?
La palabra Dictadura se agotó hace tiempo, pero se sigue usando como el elemento diferenciador entre buenos, la oposición, y malos, el oficialismo.
El diputado Jorge Burgos (DC), tuvo una posición diferente. Estimó que “esta es una buena oportunidad para conversar y para que el Presidente Piñera escuche cómo se gobierna para todos los chilenos”.
El nivel de enfrentamiento que exhibe la política en Chile no le hace bien a la imagen que se quiere proyectar, una nación madura, seria, que ha progresado notablemente, en lo económico y social, en el marco latinoamericano.
La oposición ha entrado en un espiral de constante descalificación. Olvida que son otros los que gobiernan. Los que esperaron 20 años y que democráticamente ganan la opción de hacer realidad sus ideas y programas, tienen todo el derecho de sacar adelante sus proyectos, con realismo y negociación.
El Presidente Piñera decide, con su esposa, ir a la Región de Bío Bío, para compartir, con los habitantes de esa zona, el partido de Chile con Honduras. La subdesarrollada mente de un político elucubra que solo es una acción mediática. “No sé si es lo más adecuado que el Presidente esté en la zona para ver el partido, además que se venga alojar en una carpa. Muchos lo podrían interpretar que es un asunto mediático y que no es necesario llegar a esos extremos de show”. Declaraciones del senador Hosain Sabag (D.C.)

Olvida este senador que los Presidentes tienen que hacer acciones que encierren un simbolismo, que contribuyan a levantar el ánimo. ¿Fue show el famoso recorrido de la Ex Presidenta Bachelet en un carro de combate del ejército, cuando era ministra de defensa, por sectores inundados durante fuertes temporales? Claro que no, era parte de su tarea, es un gesto de ánimo, una demostración de solidaridad.

Acaso lo que ellos hacían era bueno y lo mismo, si lo hace el Presidente Piñera, es Show.

Qué falta nos hace ponernos, todos, la camiseta de Chile. Qué falta nos hace trabajar por el progreso de nuestra tierra con la misma fe y la misma fuerza que avivamos a nuestra selección en el mundial.

Necesitamos prolongar el “espíritu del mundial”.

5.6.10

La negociación en política


Aún no se puede resolver, del todo, un grave problema que ha mantenido a oficialismo y oposición, en declaraciones y contra declaraciones que confunden a la opinión pública.
Quienes son hoy gobierno les cuesta, luego de 20 años, acostumbrarse al ejercicio del poder. Y quienes lo tuvieron en sus manos durante cuatro períodos, no saben cómo implementar una oposición coherente y razonable.

La negociación en política es, como ocurre en muchas áreas, un factor importante que permite la llamada “gobernabilidad” y el entendimiento entre fuerzas opositoras y oficialistas.
Ministros y parlamentarios, en la historia de un Chile democrático e independiente, se han destacado por la habilidad para entenderse pese a tener encontradas opiniones. Nuestro país necesita que el panorama se aclare. Tenemos una oposición que aún no es capaz de asumir su rol y un gobierno, a ratos duro y otras veces dubitativo.
La oposición debe entender que 20 años no es nada, como dice el tango, ya pasaron. Su papel no es el de pretender hacer lo que no hicieron en dos décadas, como un alza de impuestos para la reconstrucción, que ahora desean se mantenga permanente y no transitorio como propone el oficialismo.
Se produce el raro “suceso político” que la oposición quiere seguir gobernando con su propio programa que, ha sido claro el resultado electoral, la ciudadanía rechazó cuando eligió entre Piñera y Frei.
Las actitudes duras, como bloquear nombramientos o amenazar con no aprobar el financiamiento de la reconstrucción si no se cumplen requisitos que, siendo gobierno, no implementaron, es tratar de imponer, al oficialismo, una agenda que no figura en el programa del Presidente Piñera.
Para lograr acuerdos existe la negociación y “los buenos negociadores”, que hasta el momento no aparecen ni en uno u otro lado.
La oposición minoritaria, si tomamos como base el resultado presidencial, no puede pretender a una mayoría triunfante, democráticamente, que la leyes materialicen ideas que no fueron capaces de presentar y menos de poner en discusión previa.
La “agenda progresista”, se esgrime como una tardía bandera de lucha que, en su momento, cuando se ostentaba el poder nunca se puso a flamear.
Hoy el país está envuelto en una serie de discusiones menores. La oposición pone como tema fundamental para aprobar actos importantes de gobierno, que el Presidente Piñera venda Chilevisión, como si este se pudiera colocar en una vitrina, en algún mall, con precios de liquidación.
No hay ley que lo obligue, más allá de su compromiso personal, a vender un canal que de la nada se ha transformado, últimamente, en la primera sintonía.
El canal lo dirigen connotados hombres del medio televisivo que son destacados simpatizantes de la concertación. Pero pareciera que un medio de comunicación, cuyo valor de venta bordea los 130 millones de dólares, con excelentes utilidades y exitoso, hay que achacarlo como un defecto. Todos los chilenos somos testigos como, los mismos que critican lo que ha sido un buen y legitimo negocio, callan frente a las pérdidas de cinco mil millones de dólares que acumula el Transantiago y otros cientos de miles de dólares del “Tren al sur”, dinero de todos los chilenos que mal administraron siendo gobierno.
Resulta ridículo escuchar la propuesta del Senador Ricardo Lagos que pide que Piñera done el canal al Estado. ¿Estaría dispuesto el senador, a escala, donar parte proporcional de su patrimonio personal al Estado?
En definitiva, a la discusión política hay que poner algo de inteligencia, un poco de intermediación para no entrampar la necesidad de seguir creciendo, de avanzar y por sobre todo reconstruir lo que la naturaleza ya destruyó.
El sentido de urgencia que plantea el ejecutivo, debe ser complementado por el sentido de flexibilidad y realismo.
Las posiciones duras, en oficialismo y oposición, traerán solo más dolores a los chilenos independientes, la gran mayoría, que solo quieren tener un mejor bienestar así como a los chilenos, cansados de escuchar que los políticos nos hablan siempre de futuro y nunca de presente.
Las generaciones que ya hemos ingresado a la tercera edad, estamos cansados de estar siempre esperando el futuro y viendo pasar nuestro presente, en medio de vanas discusiones, en una atmósfera de constante enfrentamiento político, de amenazas e incontinencia verbal.