26.2.09

Un año complicado

Se vive el peor año para una competencia electoral. La crisis económica que sacude al mundo impacta fuertemente a Chile algo que puede ser y bueno y malo. Bueno si se considera que nos encuentra bien preparados y con ahorro, mérito del Gobierno. Malo si las medidas que se adopten en los próximo meses no son las correctas.
Resistir las demandas de un año electoral, ese es el tema.
Con Fidel Castro metiendo su cola en los asuntos bilaterales entre Chile y Bolivia y con una presidenta que gastó, innecesariamente, parte del prestigio logrado en encuestas favorables por una foto con el anciano dictador, y con una crisis internacional que sigue apretando fuerte, se inició a contar de marzo un año complicado.
Problemas económicos mundiales que resultan difíciles manejar en el plano interno, las agendas personales y colectivas de una clase política envuelta en dos elecciones muy importantes, parlamentarias y presidenciales, pondrán a prueba los necesarios equilibrios que el gobierno debe mantener con el oficialismo y la oposición.
Los temas en debate tienen que ver con leyes laborales, que en la agenda del partido socialista no deben ser postergadas, y aquellas que inciden directamente en el acto electoral de diciembre. Ya se cuenta con mayoría para aprobar la inscripción automática y el voto voluntario. No existe consenso en lo que se refiere al voto de chilenos en el extranjero.
La desconfianza entre oficialismo y oposición se radica en creer que todo ciudadano que vive fuera del país lo hace por ser exiliado, lo que es un error estimando que aumentarían los votos concertacionistas. En esa materia no creo que se ha investigado los modelos que emplean otros países, como Australia, que posee un sistema que autoriza votar hasta un número determinado de años de residencia en el extranjero, luego no se permite seguir haciéndolo al estimar que, con mayor cantidad de años, tiene residencia permanente en otra nación.
No se descarta que en estas leyes prime, más que la razón, el frío cálculo electoral. ¿A quién favorecen los cuatro millones de votos de los no inscritos? ¿Qué mensaje enviará la ciudadana a la “clase política” si el voto es voluntario? ¿Aumentará o disminuirá la abstención?
Lamentablemente no siempre se legisla pensando en el bien de toda la ciudadanía. ¿Quién puede decir lo que la mayoría piensa? La clase política utiliza un lenguaje repetitivo y vago como “Chile piensa”; “La gente sabe; ¿Sabemos que la ley responde a las inquietudes del pueblo?”. La pregunta es ¿quién sabe lo que Chile piensa? ¿Quién sabe lo que la gente sabe? ¿Quién es la gente, 17 millones de chilenos?”, si así fuera, ¿de qué manera el político sabe cómo piensan esos millones de personas? ¿Cómo saben cuáles son las inquietudes del pueblo? Definitivamente no lo saben, lo inventan, lo interpretan, conciben las ideas oyendo a sus personales orejeros y asesores, a sus amigos más cercanos, el resto es engaño absoluto.
Nunca como en este año seremos manoseados ideológicamente, lingüísticamente, con expresiones como “El país conoce mi trayectoria; el país conoce mi espíritu de servicio público, la gente sabe de mi sacrificio por la causa popular”. De muchos candidatos, pese a mi oficio de periodista, no conozco nada más allá de su auto alabanza. Palabras vacías, huecas, donde el principal argumento será la descalificación del rival. Las ideas innovadoras, la motivación sobre una base unitaria se han perdido en el tiempo.
Gracias a la tozudez de un sector de la derecha se introduce en política la palabra exclusión. “Hay que luchar contra la exclusión”, repiten mucho”. Significa que cuando un partido pequeño no obtiene un porcentaje de votos no logra representación parlamentaria, ello como consecuencia del sistema binominal, es la mejor excusa para que la D.C. pacte con el P.C. y desde la oposición se haga gran escándalo. La culpa la tienen aquellos que, de un lado y otro, siguen anclados en el pasado.
2009 año difícil.

21.2.09

Un libro para cerrar el verano


El viernes conocí una descripción, clara y acertada, que definía a la política y a los políticos, “politicus chilensis”, incluida en un libro, una suerte de bestiario o estudio zoológico de quienes son protagonistas, para bien o para mal, del oficialismo, excluidos y opositores, en la política de todos los días.

Tengo una costumbre, probablemente que viene en el paquete genético que cada cual hereda de su parentela directa, leer muchos libros y como lo hacemos, los periodistas desordenada y simultáneamente. En estos días leo Memorias del emperador romano Adriano, de Marguerite Yourcenar, La gesta de Cochrane, estudio sobre la vida del almirante Lord Thomas Alexander Cochrane, conde de Dundonald, de Ricardo Cox Balmaceda, Una familia bajo la dictadura de Benjamín Valdés Alfonso sobre la revolución del 91, lo que toma algunos meses no pocas confusiones.

Normalmente aeropuertos y aviones son mi sala de lectura. El viernes fui por el día a Antofagasta y los caprichosos de itinerarios me llevaron primero a Santiago y de allí al norte. Terminadas las reuniones cumplí con el sagrado rito de ingresar a una librería buscando algún título interesante. Debo aclarar que no soy muy amigo de las novelas y mis gustos literarios van más por temas de la vida real o de la historia.

En mi búsqueda, de pronto, me encuentro con una portada algo insólita, el dibujo de dos caras conocidas, casi mellizos, en cuanto a barba y corpulencia y un título famoso, el mundo entero supo de la frase ¿Por qué no te callas? Interesado por la llamativa tapa y las 158 páginas me entero que sus co autores son Sergio Melnick y Jaime Hales. Cada cual, políticamente diferente, pero unidos en torno a un tema, la política chilena.

Dedicado por 40 años al tema hice lo que todo el mundo hace en las librerías, correr algunas páginas para formarme una idea si valía la pena comprarlo. Valía la pena. Me tomó la espera en el aeropuerto nortino, las casi dos horas de vuelo a Santiago, la nueva espera en Pudahuel y los 50 minutos de vuelo a La Serena para terminar de leerlo.

¿Por qué no te callas? me hizo guardar silencio y concentrarme en la lectura de un análisis, con filo de navaja y humor de los mejores, de la clase política chilena que con sus usos y costumbres, mezcla de siglo XIX y resabios de lo peor del siglo XX, va recogiendo las historias de “Leones que son apenas gatos, elefantes que no miden más de un par de centímetros, jirafas con el cuello demasiado largo” Advierto, no se salva nadie. Es un termómetro de las inconsecuencias y el lenguaje que los políticos, independientes de la trinchera en que se encuentren, utilizan por igual.

En uno de los capítulos, con una ironía genial, se refieren a uno de candidatos presidenciales que tendremos, probablemente, en el menú electoral de diciembre, y a quien actualmente nos gobierna. En una reflexión de cómo se forman los políticos chilenos (pag.14) escriben Melnick y Hales: “Alguien decía, al ver a un ex Presidente completamente remozado, que había aprendido a ser político en un curso privado de seis años ejerciendo la Presidencia. Ahora quiere regresar, dirá él, para devolvernos lo que se le enseñó en un curso caro, pero que pudo haber sido útil. Como es una persona inteligente y un buen alumno, hoy ya entiende mejor lo que hay que hacer y cómo se hace.

Quien está haciendo el curso actualmente está en serios problemas porque se acortó la duración de la carrera y es muy probable que en los cuatro años que actualmente dura, no alcance a dominarla completamente. La historia es tan curiosa que aunque es muy poco probable, capaz que en algunos años más quiera devolver el crédito con más trabajo”

El libro se lee con facilidad, pese al humor se afirman cosas que son serias, que no siempre percibimos y que nos muestran la realidad de una política mediocre, con las honrosas excepciones de unos pocos que sienten que la cosa publica es algo serio.

Es una acuciosa investigación sobre lo que se publica de parlamentarios, gobernantes, y dirigentes partidarios. Deja al desnudo como, de alguna manera, somos engañados con un lenguaje banal, repetitivo e inconsistente.

En definitiva no conozco, personalmente, a los autores, salvo el verlos y oírlos en la televisión, pero confieso que mis ideas quedaron bastante más claras leyendo a dos personas inteligentes, de signos políticos muy distintos, que se unen para ofrecernos, con mucho humor y bastante ironía, la imagen real de una “clase política” que ocupa con razón los últimos lugares en las preferencias de los chilenos.

¿Por qué no te callas? de Sergio Melnick y Jaime Hales, un libro que vale la pena leer.

14.2.09

Trotecito tarapaqueño


“Patético el trotecito emocionado de la Presidenta, que deja botado el homenaje a Allende y a la colonia Chilena para ir a ver al tirano. Ahora Bachelet recibió el bofetón de Castro porque el se burla de la historia Chilena y de sus héroes, respalda a Bolivia y siembra la cizaña entre los chilenos. Nunca imaginé que iba a ver un mandatario chileno, trotando con taquicardia para ir a estrecharle la mano a un dictador”
(Roberto Ampuero, escritor, ex colaborador de la revolución Cubana)

Nunca la Presidenta Bachelet, ni sus colaboradores, imaginaron que su polémica gira a Cuba y su encuentro con el dictador más antiguo del mundo, dejaría un efecto tan negativo a su imagen personal.

A no más de una hora de finalizado el encuentro de Bachelet, con su ídolo Fidel Castro, fotografía incluida, el dictador en retiro da todo su apoyo a las pretensiones de Bolivia de obtener mar en litoral Chileno. La Presidenta, porque el tema si fue tratado en la conversación, no fue capaz de expresar la posición que han tenido todos los gobiernos de la Concertación. Ese no es un tema que esté en discusión.

Para no visitar a la disidencia cubana, a los impedidos de participar en una oposición democrática, a los familiares de quienes tienen detenidos en cárceles por sus ideas, se les evitó aduciendo que Chile no interfiere en asuntos internos de otros países, Castro si puede hacerlo y, aparentemente, lo hizo en frente a la cara de la Presidenta.

¿Así se defiende la independencia y el honor de la Patria? Las tibias declaraciones de la mandataria a su arribo ayer a Santiago no mitigan la interferencia del dictador Castro.

Castro escribe en una parte de sus seniles reflexiones “Bolivia sufrió una extraordinaria humillación histórica en aquella contienda – la guerra del 79 -. No solo le arrebataron la costa marítima y la salida al mar, sino que privaron a ese país de origen auténticamente americano, sobre todo aimaras y quechuas, de extensos territorios muy ricos en cobre que constituían la mayor reserva del mundo, que habiendo sido explotada durante 130 años, hoy su producción se eleva a 5 millones 364 mil toneladas anuales y aporta a la economía chilena alrededor de 18 mil 452 millones de dólares anuales. No se concibe la sociedad moderna sin el cobre metálico, cuyos precios tienden a elevarse.

Otros valiosísimos minerales y productos naturales, algunos ya agotados y otros nuevos de altísimos precios, han aparecido. No se sabe cuáles de ellos eran chilenos y cuáles bolivianos”

El dictador Cubano olvida que Bolivia hoy está asentada sobre grandes riquezas petroleras y de gas natural, que no ha sido capaz de ponerlas al servicio de su pueblo. Olvida que Morales ha tenido que destituir a su amigo personal, Santos Morales, presidente de los yacimientos petrolíferos bolivianos, por corrupción y que su propio hermano se ve involucrado en los hechos que se investigan.

Castro se burla, como lo señala el escritor y ex guerrillero Roberto Ampuero, de nuestros héroes. Se burla de los miles de chilenos que murieron en la guerra del pacífico, Prat, Eleuterio Ramírez, Pedro Lagos, el ministro Sotomayor muerto durante la campaña, de los valientes que se tomaron el morro de Arica, los que galoparon en pampa Germania al mando del cucalón Vergara. ¿Qué sabe Castro de nuestra historia? ¿Qué sabe de la dictadura de Hilarión Daza, gobernante de Bolivia en esa época? ¿Que sabe de los Chilenos como Ossa, que descubrieron el salitre en un litoral que los bolivianos tenían abandonado y de los tratados de explotación que Daza no respetó?

¿Conoce nuestra Presidenta esa historia construida con la sangre y el sacrificio de miles de compatriotas? ¿Vale más trotar a fotografiarse con un dictador que nuestra propia historia, y ser mancillada, para que Castro se meta en los asuntos internos que solo competen a Chile y a Bolivia? ¿Diplomacia o cobardía para protestar en defensa de los intereses de la Patria?

En Cuba gobierna Raúl Castro, pero sigue mandando Fidel.

“Fidel Castro se está riendo de los chilenos, ya que por una parte se dice que con la Presidenta tuvieron una reunión grata y por otro lado insulta con sus dichos a los chilenos” (Diputado Patricio Walker, vespertino La Segunda)

Lamentable episodio con tibias declaraciones de la cancillería. Explicaciones incomodas y baladíes de los miembros concertacionistas, de la abochornada delegación chilena, han sido el corolario de una gira que terminó muy mal..

“Las declaraciones de estos días, en verdad, no terminan de apenarme y hasta de causarme vergüenza ajena. La Presidenta Bachelet, por ejemplo, dijo con todas sus letras, sin pestañear, que Cuba es una democracia diferente” (Jorge Edwards, ex Embajador de Chile en Cuba, autor del libro, prohibido en la isla, “Persona non grata”)

Esta gira aún dará mucho que hablar y será una pesada carga para la concertación con elecciones presidenciales y parlamentarias a la vista. Flaco favor a una palabra “consecuencia”.

7.2.09

Hora de propuestas.

Probablemente sea prematuro pero ya es hora que los candidatos, o pre candidatos presidenciales, tengan a bien en lugar de descalificarse mutuamente, empleen su tiempo útil, por respeto a los votantes, en convencernos por qué debemos elegir entre algunos de ellos.
Para bien o para mal la campaña presidencial y parlamentaria está lanzada. Aunque los matices sean diferentes, unos esperando primarias, la Concertación, otros tratando de encontrar acuerdos para elegir a su representante – pacto Juntos podemos - la Alianza ya tiene a Piñera.
Sin embargo, demostrando la baja calidad de la política criolla, lo que prima son las mutuas descalificaciones, tanto internas como externas. La ciudadanía espera propuestas e ideas inteligentes, en medio de los fuertes impactos que ocasiona la situación económica mundial, cesantía, falta de acceso al crédito, demora en las inversiones anunciadas por el gobierno, los episodios de corrupción de siempre, un Banco Central vacilante etc.
La concertación sabe que esta elección no viene fácil, especialmente en primera vuelta, donde aparte de la candidatura del “Juntos podemos más”, ahora se levanta la de un ex D.C., Adolfo Zaldívar, con el apoyo del PRI formado por ex votantes del oficialismo. Los efectos se notan si tomamos la última encuesta de la semana que finaliza, Imaginacción, donde por primera vez a un candidato del oficialismo le gana, incluso en segunda vuelta, el de oposición.
El pacto Juntos Podemos tiene que decidir entre cuatro postulantes, de los cuales dos son ex socialistas, que también le quitarán votos a quien resulte definitivamente la figura oficialista.
Piñera, por su parte, aún no logra, enrielar su campaña presidencial, pese a seguir figurando como el favorito. Más parece su comando un grupo de amigos personales, donde lo nombres, las fotos de cumpleaños, los viajes a Chiloé y los vuelos en helicóptero se quieren representar como una manera ejecutiva de hacer trabajo electoral. La brújula de sus asesores está lejos del azimut correcto.
El oficialismo, por su parte, no ha entendido que atacar porque a Lan Cargo le pasan una multa en Estados Unidos, no es un argumento para quitarle votos a Piñera si esa multa, la enfrentamos a los miles de millones de pesos que ha costado la corrupción desatada en algunos sectores concertacionistas. Especialmente notable cuando quienes roban han sido altos ejecutivos de Gobierno de este y otros períodos.
Frei ha desarrollado una inteligente campaña interna, digna de estudio para los politólogos, especialmente si se considera que hace ocho meses nadie daba un peso por su probable postulación. Partió bien, haciendo propuestas interesantes, incluyendo una reforma constitucional. No perdió la paciencia cuando socialistas insistían con un indeciso Insulza, o el PPD con un Lagos que no quería primarias. Frei desde un principio dijo que él las aceptaba. Fue una buena estrategia. No la ha sido tanta la de poner piedras en el camino a la candidatura Gómez, por parte de los partidos que apoyan a Frei. No faltaron zancadillas para dejar fuera al postulante Radical, incluso fraccionando las primarias para desalentarlo. Resulta difícil establecer, a la hora de la verdad, cuanto entusiasmo habrá en la coalición oficialista.
La Alianza sigue atrincherada en posturas de los 90. Insiste en mantener el sistema binominal, mayoritariamente la UDI, que facilita y da argumentos para que la Concertación haga pactos electorales con la izquierda extra parlamentaria y, especialmente, con el partido comunista.
Es claro que Piñera debe bajarse de una vez de su helicóptero y ponerse a trabajar por los votos, más que atacando, con muy malos argumentos a Frei, y mostrar con propuestas concretas cómo orientará su gobierno. Alguien, no los aduladores que pululan a su alrededor, le tiene que enseñar como tener empatía con sus electores. Tiene que caminar uno a uno los caminos de Chile, varias veces, y no mirar desde lo alto a los votantes.
Ya es el momento de terminar con las peleas baratas, que si Piñera es muy rico, ocultando, hipócritamente la verdad de aquellos que se han enriquecido metiéndole la mano al bolsillo del Estado.
Por respeto a usted que lee esta columna y por respeto a una política que tiene que renovarse y cambiar, debatan propuestas inteligentes y utilicen argumentos importantes, que sean la piedra angular de un sistema democrático renovado al servicio del país y no de las camarillas de siempre.