27.4.07

A la punta del cerro

En política estamos viviendo el año de la ira, de las descalificaciones y la falta de inteligencia. Algo tiene mal influenciado al país y se busca a quien culpar para enviarlo, literalmente, al punto más alejado, la punta de un cerro.

El Alcalde de Aisén en una falta de respeto y consideración, de la cual luego recapacitó, envió a ese lugar a la Presidenta de la República. De paso se lanzó contra el candidato virtual de RN, Sebastián Piñera, a quien, un día después, también pidió disculpas.

En definitiva algo pasa en los asuntos públicos que hace que el lenguaje sea muy duro, las posibilidades de dialogar se vean distantes, y en definitiva el país se pelea a diestra y siniestra.

La depreciación acelerada, proyecto del Gobierno, se desacelera por una votación transversal del senado donde parte de la concertación y la alianza unidas no pudieron ser vencidas. La paradoja increíble es que el Gobierno defiende al gran empresariado y la derecha hace mutis por el foro, con una Kafkaiana polémica entre el Presidente de la UDI el senador Hernán Larraín y Alfredo Ovalle Presidente de la CPC que afirma ": Yo no me he cargado para ningún sector, soy un hombre que lo único que quiero es que en Chile existan mejores y mayores trabajos y cuando pido que se aprueba una ley, la verdad es que estoy convencido que es una ley que beneficia a todos los trabajadores, que va a haber mayor trabajo".

En el entrevero interviene el gobierno mediante José Antonio Viera Gallo, Ministro Secretario General de la Presidencia: "Yo pienso que con el mundo empresarial hay que tener una relación madura. Me parece a veces que la oposición tiene una actitud adolescente, todavía no ha alcanzado la madurez, porque distanciarse del empresariado por sí, no es positivo".

A estas alturas entender quien es quien y de qué se están disfrazando algunos resulta difícil y casi una broma.

Todo lo ha iniciado la “depreciación acelerada”.

El Ministro de Hacienda recibe palos de todos lados, incluyendo a la concertación El diputado Sergio Aguiló (PS) estaba indignado porque se había convenido una reunión con expertos de la Concertación en materia previsional, Ricardo French Davis, Gonzalo Martner y Jorge Leiva ex Ministro de Economía, solo se hicieron presentes el Ministro del Trabajo y no concurrieron el Ministro de Hacienda, y el Director de Presupuesto, solo enviaron asesores de menor rango con lo cual la reunión fracasó.

A juicio del diputado Aguiló, la actitud de Velasco "expresa el desprecio que el ministro siente por el parlamento chileno no obstante los acuerdos formales que había sucrito anteriormente". "Demuestra además la arrogancia y soberbia del Ministro de Hacienda y la falta de respeto a tres grandes economistas de la Concertación leales a nuestra coalición. Eso es no tener voluntad para contrastar con gente seria, las cifras que constituyen el fundamento de nuestras indicaciones a la reforma provisional."Hoy día lo único que demuestra el señor Andrés Velasco es que no tiene ninguna voluntad de apoyar en serio a la Presidenta en materias que importan al Ejecutivo, es decir, constituir un sistema de protección social donde la reforma previsional es un eje"

¿Quién entiende qué pasa? La derecha se enfrenta al dirigente máximo de los empresarios a quien el gobierno defiende. Y desde la concertación disparan sin misericordia contra el ministro de Hacienda.

En todo este berenjenal irrumpe el ex Presidente Lagos, para defenderse de los ataques que ha recibido desde la oposición. La replica viene ahora del Senador (PS) Alejandro Navarro: "La crítica ciudadana, yo la acepto, la justifico, la respaldo, y en este caso creo que Lagos no puede desconocer que hay indignación ciudadana y que el reclamo que le hacen es porque confían, y confiaron y siguen confiando en su figura", refiriéndose al descontento por el Transantiago y señala: "forma parte de los costos que hay que pagar cuando las cosas no resultan, pero no creo posible que esa crítica no sea aceptada o sea descalificada".

De esta manera, “irse o mandarse a la punta del cerro” parece ser una nueva manera de hacer política.

21.4.07

Lucro. ¿Tener o no tener?

Por alguna razón, político genética, hablar, escribir o proponer lucro, para algunos sectores, es casi sinónimo de bandidaje, robo, extorsión o aprovechamiento ilegítimo.

Los mismos que rasgan vestiduras frente a cualquier asomo de obtener utilidad de alguna actividad honesta, sea la que sea, no tienen inconvenientes en utilizar fondos del PGE, destinado a trabajadores cesantes, desviar recursos del deporte para sus campañas políticas, malgastar el dinero de todos los chilenos en pistas aéreas deficientemente construidas, casas y escuelas que se diseñaron mal, y se controlaron peor, que deben demolerse, programas de transporte urbano que cuestan millones de dólares etc.

Y por una suerte de dogma doctrinario, para esos sectores políticos, el lucro, está prohibido cuando se habla de salud, o educación. Aunque algunos militantes sean dueños de colegios particulares subvencionados e incluso, de un par de Universidades.

Y como nuestra capacidad de enfrentar los debates, en muchos casos, no supera la etapa panfletaria, cuando se propone la reforma de la LOCE, todos se concentran en el lucro, como si en esa palabra estuviera la llave de una mejor educación.

La calidad de la educación pasa, no por el tema de si la educación privada es mejor que la pública, o si quienes intervienen en ella obtienen una utilidad por esa actividad. La mejora de la calidad estará siempre ligada a una inversión efectiva en planes y programas coherentes y alineados, con las estrategias de desarrollo de un país.

Lo importante es tener presente que lo sustantivo no reside en quien recibe el dinero del Estado, y si por arriesgar un capital en construcción de establecimientos, mantención de los mismos, se hace de una utilidad económica. Lo que importa es si colabora a la tarea educativa de manera exitosa.

¿Cómo se mide ese éxito?, por resultados claros, que el Ministerio de Educación controla adecuadamente. Que importa si al ser eficiente en el manejo de los recursos, obtener una buena matrícula y un prestigio en la comunidad, de paso se logra una utilidad.

En la categoría de establecimientos exitosos están aquellos cuyos sostenedores son confesiones religiosas, que con los excedentes de su gestión invierten en mejoras destinadas a sus educandos. Como esos casos también hay organizaciones de profesores y empresarios que hacen un aporte que, aparentemente, el ejecutivo y algunos legisladores desconocen o, derechamente, prefieren ignorar.

Hoy, pese a todo lo que se diga, el estado invierte poco en educación. La educación municipalizada sufre carencias indiscutibles por un per capita que no refleja la realidad de los desafíos educacionales que el país debe ser capaz de enfrentar. Las corporaciones y los departamentos de educación municipal hacen milagros con los pocos recursos. De la caja de cada municipio salen, mensualmente, cuantiosos recursos para suplementar lo que el estado no entrega.

Los Alcaldes reciben la crítica injusta de sus comunidades, cuando se corta la luz, o las empresas que mantienen el aseo comunal se quejan por la falta oportuna de lo pagos. Hay Municipios que mensualmente traspasan a la educación, deber prioritario del estado, entre cincuenta y setenta millones de pesos.

No reside en el lucro, en esa palabra que parece maldecir a quien lo obtiene, la llave maestra de una buena o mala educación. Si se controla y fiscaliza adecuadamente, sobre la base de objetivos y metas, ese aspecto es lo menos relevante.

Un ley, necesaria o no, eso lo debatirán los parlamentarios, no arregla nada salvo normar los aspectos globales del tipo de educación que queremos. Lo grueso, importante y medular, es como nos ponemos al día frente un mundo que procesa e intercambia conocimiento, investigaciones y tecnología de una manera vertiginosa.

Tener o no tener lucro no es lo medular, es un asunto mas ideológico que práctico.

14.4.07

La autoridad se delega, la responsabilidad se asume.

Hay muchas cosas que están pasando en este país que contribuyen a mostrar lo peor de nosotros mismos, los renuncios, las irresponsabilidades, las excusas reiteradas ante las mismas faltas, en definitiva ni gobernantes ni gobernados están haciendo bien la tarea.

Desde hace mucho se ha podido comprobar que el Estado tiene un bolsillo, ancho y generoso, del cual se aprovechan muchos. Especialmente hay que mencionar a los que tienen pega, porque manda más el carné del partido que sus propias competencias. Los que engañan y favorecen contratos que no se cumplen bien o, sencillamente, no se controlan de manera adecuada. Ejemplos son muchos, los carros que compró EFE en España sin garantías adecuadas. Los puentes que se caen a poco de ser construidos. La carpeta asfáltica del principal aeropuerto del país, que tiene que ser rehecha a un alto costo. Las viviendas sociales que deben demolerse o repararse a gran costo, mal construidas, diseñadas o inspeccionadas. Los paraderos del Transantiago que se levantan en calles por donde no pasa locomoción colectiva, en cursos de agua, contra el sentido del tránsito. Escuelas que se terminan y no pueden usarse porque son un peligro para la comunidad estudiantil etc.

La guinda de la torta de ineficiencias y malgasto de los fondos públicos, es la guerrilla de declaraciones que se hacen frente al fracaso del nuevo sistema de transporte colectivo metropolitano. La Presidenta de la República, con mucha entereza hace algunos días, reconoció que en esa materia las cosas no se habían hecho bien. Poco después declara en una entrevista radial, para asombro de muchos, que no es culpable de los errores de diseño e implementación del transantiago. Curiosa aseveración. La presidente tiene todas las atribuciones, para decir si o no a la puesta en marcha de un sistema siguiendo sus propias convicciones o como ella les llamo “instintos”.

Pero, a mi juicio, uno de los buenos ministros del gabinete, como es Ricardo Lagos Weber, sienta otro precedente, decir que, lo que se dice no se dijo. ¿Somos los chilenos personas que no vemos lo que vemos, ni escuchamos lo que oímos? El Ministro Secretario General de Gobierno, en entrevista en TVN señala que la autoridad responsable, que la presidenta tomara una mala decisión, fue el ministro de transporte. Se desata la ira en la DC y, entonces, el vocero de gobierno señala, “fui mal interpretado”.

En definitiva nadie es culpable de las malas asesorías a la presidenta, agrega, “fue una decisión de gobierno”. ¿Quién responde de las decisiones de gobierno ante el país? La cabeza del gobierno, ya que ella escoge a sus ministros y a los cargos de mayor confianza, es la propia Presidenta. Si se equivocó con un ministro que le hizo adoptar la decisión equivocada, se asume la responsabilidad y se corrige el error, esa actitud siempre se reconocerá.

La presidenta había logrado mejorar sus bonos, ante la opinión pública, cuando reconoció que las cosas no se habían hecho bien y provocó un cambio de gabinete. Todos entendieron que era una rectificación de un error, que se puede cometer. Los Jefes de Estado no son infalibles son seres humanos y mostrar humanidad y cercanía a la gente es un activo que, la presidenta, siempre ha tenido y que ahora, momentáneamente ha perdido.

Entretanto la danza de millones de dólares sigue a vista y paciencia de todos los chilenos que ven como se trata de sacar adelante un mal plan, aparentemente, al costo que sea.

Muchas cosas quedan claras en estos días, que no se sabían.

Muchas críticas al AFT (administrador Financiero Transantiago) y a la empresa Sonda, a los empresarios adjudicatarios de los contratos, pero muy pocas para reconocer, como ahora tibiamente se hace, que hay errores en el diseño y en la implementación.

Sin embargo, hay más. Nos enteramos, por ejemplo, que el presidente del directorio de la tan vilipendiada AFT, es un funcionario del Gobierno, alto ejecutivo del Banco que tiene un capital accionario mayor, el Banco del Estado de Chile, 21 %.

Los chilenos se enteran que el Gerente General de la vilipendiada AFT, es también alguien allegado al gobierno.

La autoridad se delega en los ministros y jefaturas correspondientes, pero la responsabilidad se asume, cuando las cosas salen bien como cuando no resultan, lo demás son excusas tardías y poco válidas.

5.4.07

¿La violencia ya viene?


Vergonzoso denigrante, supera la capacidad de asombro, pasmo permanente de quienes tienen que garantizar la tranquilidad y seguridad de la familia chilena. Son pocos los adjetivos y afirmaciones para describir lo que han representado estos días para muchos chilenos.

Algunos políticos parecen haber perdido la brújula y, de paso, envían mensajes de intolerancia, insolencia y desparpajo en lo que se refiere a las secuelas que dejó el cambio de gabinete.

Lo señalado anteriormente son los dos temas que quisiéramos tocar en esta columna. La violencia desatada durante 48 horas en Santiago y en más de 20 ciudades del país y las reyertas entre políticos de la concertación y la alianza.

Protestar por el transantiago, tarea de la ciudadanía metropolitana, no requiere de mayores explicaciones. Es tanto el cúmulo de errores y desaciertos que no se puede menos que justificar la ira de los usuarios de este sistema de transporte ciudadano. Sin embargo, utilizar ese tema como pretexto y ligarlo al llamado “día del combatiente”, ahora rebautizado como el día del delincuente, para causar todo tipo de destrozos y desmanes, facilitados por un actuar en extremo paciente de carabineros que deben obedecer órdenes de un gobierno que, da la impresión, cree que es menos comprometedor dejar hacer que reprimir a quienes destruyen, roban, atacan a una Ministro de corte indefensa, ante la impunidad más absoluta.

La ciudadanía, con toda razón, se siente indefensa, dejada de lado por una clase política que cuida sus propios valores, que reacciona con más agilidad cuando las encuestas no le favorecen o se acerca un período electoral.

Vivimos un clima de violencia inusitado, curiosamente incubado en los sectores más jóvenes de nuestra sociedad. Con padres complacientes que no saben lo que hacen sus hijos y los riesgos que sus acciones conllevan. Cualquier día en una de estas protestas algunos de estos jóvenes encapuchados, o aquellos que, artera y cobardemente, agreden a un carabinero, pueden resultar fatalmente heridos, ¿qué tendremos? ¿Un nuevo día del estudiante combatiente?

Pero la violencia no nace de los núcleos juveniles de la sociedad, se imita y se hereda de aquellos que, hace tiempo, vienen convirtiendo la política en el centro de las descalificaciones, y peor aún del rapiñaje de los recursos de todos los chilenos.

Cambio de gabinete y un ex ministro busca a quien echarle la culpa. Replicas y contra replicas mantienen el tema del gabinete desde el lunes unido a la quema de buses, barricadas, robos colectivos y desordenes generalizados.

Estamos, todos, tirando por la borda la imagen de nuestro país, junto a la posición, justificadamente lograda, de una nación que progresa y crece.

Cuando estas cosas ocurren, las sociedades legítimamente, esperan un recambio o alternancia en los gobiernos. En el horizonte político no se visualiza a nadie. Basta que Piñera diga que hay que buscar soluciones en conjunto con el gobierno, para que el senador Larraín le replique que, “ojalá no dinamite el trabajo de la alianza”. Continuamos con un sistema electoral arcaico que divide, ahora más que nunca a la oposición y no se ve espíritu de acuerdo.

De esta manera ¿en quién se puede confiar para que reine el orden y la cordura? ¿Quién guía a este país por una senda de buena convivencia y de respeto a las leyes? Los políticos con su lenguaje rutinario de una permanente descalificación, incluso entre quienes comparten la misma ideología, no son el mejor ejemplo para una juventud, no toda evidentemente, que vaga por las calles tirando piedras, destruyendo lo que encuentra a su paso, ante una fuerza policíal que no cuenta con las atribuciones necesarias para contenerla.

Aquellos, que en el pasado nos cantaron que “La alegría ya viene”, nos hacen reflexionar si no tendremos que cambiar la letra para cantar, con amargura y desencanto, “La violencia ya viene”.